¡Cuaresma! ¡Noche! ¡Qué noche!
Nochecita de suspiros.
¡Qué cosas se están diciendo
los grillos y los sapitos!
Niño el viento entre las hierbas
busca el anís y la menta.
Corazón de flauta el agua
canta su amor a las piedras.
Agua de Dios derramada,
agua azul, negra y pulida
agua de lirio y de malva
que espejea cielo arriba.
Mi alma, de tanta dulzura,
se me ha disuelto en la noche.
¿Qué felicidad es ésta?
¿Acaso es Dios que me absorbe?