IV
CUENTAN que tiene en la sangre
brasas de verdes estrellas;
se alimenta de palomas,
escarabajos y almejas;
da de beber a los vientos
rojos aromas de hoguera;
en el mar, sobre las olas,
danza ebrio entre sirenas;
caracolillos de plata
exornan su frente griega;
baila, baila, baila el niño,
baila desnudo en la hoguera
del último otoño, vedlo,
sobre las rosas bermejas;
el fuego crepita en torno
como rubias hechiceras;
en la enigmática danza
se están quemando sus piernas;
ya bebe fragante vino
dentro de una calavera;
sus ojos brillan intensos
como dos lúgubres piedras…