IV
TU eres el agua que entra en mis arenas.
Mi pulso es como un río si me toca
tu amor dulcificado en las colmenas
y el sándalo que se alza en llama loca…
Con tus navajas crúzame las venas,
absórbeme las sangre con tu boca,
cubre mi rostro con las azucenas
de tu pecho de nube y blanda roca…
Hazme morir sin tregua ni sosiego,
envuélveme en la tempestad de flores
que suben de tus valles, como el fuego.
Arrástrame a tus fondos como un río,
a tus oscuras mieles y licores
y muera yo de ti, en ti, amor mío…