XIX

Tul de mis pesares, aguacero,
si entre los ichus yerra mi paloma,
no me la mojes;
huacaqarsita de aguzadas púas
si aroma y flores busca entre tus setos
no me la hieras.

Arcoiris, con tus mágicos amarus
no vayas a encantarla si remueve
tu tolomanya,
tal vez diciendo: quiero chashacata
me dejaría solo de las sombras
acompañado.

Vientito, vientecito fanfarrón,
róbale su olor –como jugando
no más – y vente,
yo te daré en los labios de mi quena
un yaraví de sol a que le cantes
en su apacheta.

Yo la he buscado ya en toditas partes,
al taita Huamalí le he preguntado,
tampoco él sabe;
fui por las abras y en la sacha sacha
como a áuja la busqué…Nadie me dice
dónde se oculta.

Será por eso que mi sangre
habría retrocedido hasta el remoto origen
de la tristeza;
será por eso que de nuevo vengo
caminando en la noche con el alma
loca de espanto.

Llévenme con ustedes, quiero ser
viento para seguirla por los montes;
llévame lluvia
para ir regando el polvo en que camina,
llévame arcoíris pa vestir su cuerpo
de lindo anaco.

Y no me vayan a dejar con este
cóndor de angustia que me está matando,
con este puma
de fuego que me quema la garganta,
con esta noche que me está creciendo
dentro del alma.

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