Despaciosamente va Jesús delante. Es azul el cielo y el paisaje es claro. Rostro hermoso y dulce. Túnica flameante, un profeta, un príncipe, un varón
Categoría: Poemas de Otoño
Vino el Maestro y dijo: No sois dignos de mí. Estáis sedientos todos de sangre. Un odio insano os devora y corroe que, al levantar
V Nomás, David, me des tu voz, tu aliento,tu arpa divina, el salmo que ensalmaste,para elevar la mía al que elevastey así aspirar opción en
XII Llevado de mi instinto y de mi gana,por inholladas sendas prefirieraperderme abandonando la malsanaciudad que asfixia, hiere y desespera. Por huertos de limón y
IX Canta otra vez, pequeño gorrión de la mañana,cascabel de la brisa, líquido musical,libélula de vidrio, cristal que se desgrañadesde el árbol de fuego del
XXXIV Renuévate oh profunda voz que en mi ser habitas.Asista yo otra vez a tus eólicas fiestas.Dancen en la pradera, coronadas las testas,los traviesos Cupidos,
XXXII Un rayo azul la alumbra y la colora.Es flor dulcísima, sutil criatura,ave de la región astral. La aurorala pone blanca más que nieve pura.
XIVINCOGNITA Acércate, hermano. Detente. El caminojamás tiene término. Reposa un momento.Toma los mendrugos de mi pan mezquino;bebe mi agua fresca, que te alivie el viento.
Recuerdo: vastos campos de alfalfarescon florescencias áureas y otras lilas;en medio, sosegadas y tranquilas,las vacas de mis viejos hontanares. Los guindos, los alisos, los quisuares,las
Reúno en mi cantar mis añoranzas.Las tallo apasionadamentey logro, poco a poco,cierto retablo de oro fabuloso. Para mí sólo cuenta su valor.Cada añoranza tiene infusoscolores