Ahora me he aproximado a tu silencio, a tu alma.
A escuchar si respiras y tienes aún latidos.
¡Cómo darte la sangre, tu última sangre hermosa!
Me esfuerzo en no dolerte y en ser tenue rocío.
Pero tengo el aliento como el tuyo, de fuego.
¡Oh, cómo destruir la tumba y que tú vuelvas!
¡Ay! Qué Dios podrá darte los colosales miembros,
Sólo un brazo y poder luchar, seguir luchando,
Porque aquí continuamos diversamente tristes.
Es el trajín de siempre entre cuatro murallas.
Hasta ya musgos crecen del ojo, de los huesos.
Aquí. Vuelve. ¿Tú has visto derretirme en la sombra?
Duele también el agua cuyo canto es de lágrima.
¿Y también esa estrella me atisba y me vigila?
Porque mis ojos eran de fuego ha huido el sueño.
Debes estar llorando hasta en tu dulce tumba
Porque, ¿a dónde no llega como el agua el dolor?
¡Oh, Manuel silencioso! ¿No vienes con nosotros?
¡Qué digo!…Pero si eres esta estrella en mi sangre.
Y este rastro de lumbre que trazó tu caída.
Yo cada noche veo tu longitud de costa
Donde arriban los blancos bajeles de mis sueños.
Busco y alzo tu alma como una antorcha inmensa.
Y alumbro a los hermanos que suben del dolor.
Presto imparto señales del morro de tu frente.
Tu boca es fresco pozo donde sacio mi sed.
Yo bebo la energía de flor de tus latidos
¿Ha de llegar el día? ¡Ya está llegando el día!
Entonces forzaremos los muros y cadalsos
Para que entre una aurora con sus pies de azucena.
Y yo aniquilaré los hierros, las cadenas
Y nunca más tu sueño será roto de ruidos.
No te estremecerás nunca más en tu tumba.
Y ya no habrá tinieblas sino astros en tus ojos.
Mi canto será fresco como la hierba andina.
Mi alma estará desnuda bañándose en la lumbre
Y amaremos al hombre como amamos a Dios.
Nota: Este poema apareció en diciembre de 1943, en Publicaciones De Prosa y Poesía -Informes Humanos, dirigida por Guillermo Carnero Hoke y Ricardo Tello.
En este número, además de Antenor Samaniego, escriben Haya de la Torre, Antenor Orrego, Magda Portal, Julio Garrido M. Pedro Capac, J.A. Genit, Guillermo Carnero Hoke, Ricardo Tello Neira, Justo Enrique Debarbieri, F. M. Arriola Grande, José Melgar, Teófilo Espejo Nuñez, Gustavo Valcárcel y Felipe Arias Larreta.