III
Río de ruiseñores, vocerío
mágico del cristal y del ramaje;
agro beatífico, solaz de estío,
pétalos de haba y guinda tu ropaje…
Arcadia pura. En ti la luz requiebra
saltos de becerrilla…Aureo crisol
el yacón que en tu entraña, hebra tras hebra,
labora el agua y melifica el sol.
En el silencio se confiesa el sauce.
El alfalfar conversa con el viento.
La fuente ensaya arpegios en su cauce.
Gaviotas y liclís, evocaciones
doradas del Antiguo Testamento
cuando remiten hasta Dios sus sones…