V

Qué tendrás, ay, paisanita
qué espinas tendrán tus ojos
pues al mirarte me hincaste
de espinas el corazón.

Te vi detrás de la pirca
de tu chacra y eras como
flor de sancayo que el viento
besaba y volvía a besar.

Un siringuay colorado
y un picaflor verde-azul
clavel creyendo a tu boca
libaron néctar de luz.

Si fueras flor, ay, mi vida
te cortaría y conmigo
te llevaría en el pecho
de mi charango cantor.

Vámonos al río, vámonos,
en medio de las retamas
nos dormiremos borrachos
de amor solitos los dos.

De noche el cielo y la luna
coronará nuestra chujlla
y nos seremos: tú ñusta,
yo inca, fantasmas de amor.

Vámonos al río, vámonos
antes que sea de día,
ponte tu lliclla morada
yo tengo mi huallqui ya.

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