VI

Todos te dicen
cuculí ñahui,
¿yo de qué modo
te llamaré?

En el trigal
que peina el céfiro
cual lirio ardiendo
siempre te ven.

Ay, tu pollera
roja tan roja.
Toro se siente
mi corazón.

Morena mía,
mi morcotú,
te besa el aire
luego se va.

En tus dos trenzas
a veces vienen
las mariposas
miel a libar.

Del puquio el agua
cual cofre azul
se abre y dos rosas
tiene en tus pies.

Y sólo yo
te veo lejos
huyendo siempre,
siempre de mi.

¿Quizá, paloma
no tienes sóncoy?
¿Habrá en tu pecho
piedra tal vez?

Tú, qué bonita
vas floreciendo,
y yo de pena
muriendo estoy.

¿Quizá como esas
flores de suncho
tienes veneno
en vez de miel?

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