15. Huye de la ciudad,al campo aduce.Busca el romero,el arrayán,el lirio.Desnúdese tu pechoy se desnude tu corazónde pena,de martirio. Néctar y mielen el madero agreste;caricia
Categoría: El fuego lacerante
64. Tengo en mi habitaciónlas calaveras ilustresde eruditos y de sabios.¿Cómo estas cajas óseas,tan pequeñas,tuvieron luz,luz para tantos siglos?Recipientes ridículosy frágiles,¿cómo y por quéalbergaron tanta
37. Toca también mis labios,como llama inmaculada,la oración;suspenso quedo al instantemientras se derramano sé qué calmaen todo cuanto pienso. Siento correr la lágrimacuando oro, pálido
39. Heme sucio de miel,de vino y rosa.Tengo en el pecho heridouna canción.Soy sólo un borrachíny no otra cosa:puro cantory puro corazón. Mi vida es
49. Las mielesy las floresque te exploro,la inundación de luzen que navego,son en mis manosexplosiones de oro. ¡Con tanto resplandorme siento ciego! Tú me das
55. Mi verbo no da pétalosni aromas;ni le coloranmágicos pigmentos;no arrulla como alondrani paloma;no es aguani es licorpara sedientos. Mi verbo es fuego,fuego que calcina;es
57. Hay entre el mar y yocierta hermandad.El mar es un dolorllorando a solas,un corazón-gigante soledad-. Yo tengo heridascomo el mar tiene olas. Vaivén eternodentro
61. ¿Cómo es el verso, oh Padre,cómo debe surgir del alma?¿Es la callada fuente de lágrimas?¿O aquella flor de nieve que alumbralas vigilias de la
50. Hoy yo lo siento.Lo sintió Anacreontey en él se consumió;fue frágil leñopara su fuego. Lo sintió Petrarcay se redujoen inmortal ceniza. El Dante lo
59. Y me gustaba madrugarde veras;ir al establojusto en el ordeñoy saborear la lecheen las tolveras,o sentarme al fogóncerca del leño. Mis primas:pecho núbily caderas