Rodeado de salvaje artillería
viven en la tierra el vegetal fatídico.
Verde el color y verde el cuerpo ofídico
preludian destrucción y vesanía.
Canalla vil proscrita del infierno.
Congelación de víboras y sapos
cuyo arsenal de espinas torna harapos
las sedas del otoño y el invierno.
En actitudes prevaricatorios
predica crímenes y narra historias
de aves incautadas muertas en sus feudos.
Por eso restituye –oh, paradoja-
en vistosísimas corolas rojas
la sangre de los pájaros a sus deudos