Al socavar la reja del labriego
la preñez de la gleba promisoria,
saltan –color de malva, rosa y fuego-
las ocas como esmaltes de euforia.
Es una joyería subterránea
que aflora como una efusión acuática.
Rayos entreverados, instantánea
congelación de luz multicromática.
Fragmentos de crepúsculo en orgía,
cerámica ritual, pictografía
de índigos y de púrpuras arcánicas.
Ya se alzan en pirámides y brillas
-adamantinas, rosas y amarillas-
como fulgentes joyas indostánicas.