El viento se hace fresco, la noche avanza ociosa,
la tarde se sepulta cual fino pavo real;
en los ramajes se oye una oración vesperal
que arrulla estremecida la fronda temblorosa.
Cansada de sus vuelos la errante mariposa
se posa sobre el cáliz fragante de una rosa;
la niña en su ventana con aire angelical
contempla enamorada la tarde de cristal..
Un desvalido anciano recoge sus andares,
las frescas muchachas preludian sus cantares
con guitarras y flautas en torno de una esquina.
Y alguna madre abraza con ansiedad divina
el fruto de su vientre… ¡Paisaje de la sierra
que duerme dulcemente cual cofre que se cierra!