¿Quién es aquel señor de contextura
frágil, en cuya testa estalla el trueno?
Brillante como el sol radia en la altura.
Brillante es como el mármol en el cieno.

Pasó muy cerca de él la Poesía
y, al sellarle con rojo fuego el labio,
hizo de él la más alta profecía
y la más alta dignidad del sabio.

En portentoso vuelo al infinito,
llevó el Verbo a las cimas más ignotas.
Diéronse en él la fábula y el mito
en música de incomparables notas.

El modeló al Quijote, un visionario,
y al Mundo lo lanzó: fue un loco o un santo,
un nuevo Jesucristo sin calvario,
señor de las angustias y del llanto…
Cervantes, Santo Padre iluminado,
consumidor de las más finas mieles,
escanciador del vino más sagrado,
padre inmortal del bosque de papeles.

Tienes por suelo a España; mas por techo
tienes a toda América Española.
Tu inmenso corazón tiene por lecho
las selvas, las montañas y las olas.

Legislador de un bello país sonoro,
las cuerdas de tu lira unen naciones;
y en tus colonias se derrama el oro
de tu raza inmortal, raza de leones.

Eres el vencedor de las edades,
dios delos siglos…En tu mar profundo,
palpitan, como estrellas, las verdades,
las glorias y miserias de este mundo…

Te admiro de rodillas y venero
tu nombre hecho de rayos; sí, Cervantes.
En cada frese tuya hay un lucero
y en tu obra una montaña de diamantes.

Salve, Padre Inmortal… De los Migueles,
sin duda el de abolengo más entero
y el que en la tierra cuenta con más fieles,
disputándole honor al propio Homero.

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