64.
Tengo en mi habitación
las calaveras ilustres
de eruditos y de sabios.
¿Cómo estas cajas óseas,
tan pequeñas,
tuvieron luz,
luz para tantos siglos?
Recipientes ridículos
y frágiles,
¿cómo y por qué
albergaron tanta ciencia?
¿Cómo y por qué
abordaron el misterio
para seguir viviendo
aun de muertos?
¿Qué fue?
¿Qué extraño huésped hubo dentro
para vencer montañas y fronteras,
para asombrar generaciones íntegras?
Y sólo la palabra fue el vehículo
para vencer repúblicas
y ejércitos y reinos…
Sí.
Fue sólo la palabra.