39.
Heme sucio de miel,
de vino y rosa.
Tengo en el pecho herido
una canción.
Soy sólo un borrachín
y no otra cosa:
puro cantor
y puro corazón.
Mi vida es turbia,
oscura,
escandalosa…
¡lógica consecuencia del amor!
Si tengo un alma,
mi alma es una diosa caída
en el pantano
del dolor,
Cándido como soy,
me siento a gusto con un libro de versos
o besando una boca
o acariciando un busto…
No pido más.
Y esta lección repito a diario.
Y vivo siempre así,
soñando,
cantando,
amando,
así hasta lo infinito.