I
¿Qué espero yo de ti, literatura?
Gozar del verbo, oírle cómo suena,
sentir mi vibración como criatura,
si mi alma es blanca o de color morena.
Sólo asistir a leer en mi escritura
si mi conducta es miserable o buena
si alguna vez ardí cual llama pura,
si tuve en mí la hiel o la colmena.
Me tienen sin cuidado las escuelas
y de los críticos que Dios me libre,
también de avispas y sanguijuelas.
Sigo cantando yo mis estamentos,
que mi palabra alcance altura y vibre
tocada por los dedos de los vientos.