¿Sabéis cómo vivo? Buscando a tientas una explicación.
Y dudosamente me explico que soy un árbol por dentro:
mi corazón el tronco; las ramas, las ansias indefinibles.
Mi inconformidad es un fuego que me reduce en cenizas.
En los muros de la nada se estrella mi loco orgullo.
Sólo un cuerpo bello de mujer me entusiasma
y sé, entonces, que vivir significa algo hermoso e inefable.
¡Ya sabéis cómo vivo! En mi alma se hace la música.
(¿A dónde conduce el nardo puro de tu vientre?)
No me nace redonda la palabra: lloro.
No me viene radiosa la idea: lloro.
No aprisiono gozosa la imagen: lloro.
¡Dios, quiero ser el poseedor único de tu extraño tesoro!
(Ya sé que Satanás lanza una carcajada en los infiernos).
Sin embargo hay alguien que se apiada de mi pasión.
Ahora es el cielo un dulce desastre de malvas y jacintos.
Todos sienten que algo raro sucede en el alma de todos.
¡Pasad, así, lentamente, oh bellas criaturas del crepúsculo!
(La tarde es un libro de oro que los ángeles leen en silencio)