Soy hijo del Mantaro, de la alta sierra fría,
donde el trueno en las nubes como cien toros brama.
Unge la piel del aire la eglógica retama.
El crepúsculo tiñe de ocre la montería…
El malva de las tejas –rural tintorería-
Entre los eucaliptos y alisos se derrama
Arden las mieses de oro…El alhelí embalsama…
Pronostica el caballo lluvia en la lejanía…
El arado rotura la epidermis terrestre.
El alfaltar descubre sus mantas esmeráldicas.
Corre el viento en el valle como un mármol ecuestre.
Soy de una tierra sólida, feraz y resistente.
Visto de soles áureos y lunas albayáldicas
las formas y caprichos que surgen de mi mente…