Título: SANTI Y LA FAMILIA CUADRILAT
Autor: ALCIDES TORRES PAREDES – Seudónimo: Sembrador

Alcides Torres Paredes es Licenciado en Educación, especialidad Matemática – Física. Estudios de Post Grado en Dirección y Gestión Educativa, Docencia Universitaria e Investigación en Gestión Pública. Profesor de Matemática. Miembro de la revista virtual sembrando.

SANTI Y LA FAMILIA CUADRILAT

El niño viajero, crecía y preguntaba, preguntaba y crecía:
¿Abuelito, conoces el «paraíso de las figuras?» Claro, respondió el Abis.
Le recordó lo del planeta enano, donde todo lo que existía en la Tierra estaba representado mediante figuras. El paraíso está lleno de figuritas de todas las formas, tamaños, textura y colores. Pero sobresalían varios muy especiales, que luego se hicieron amiguitos para siempre.
Si, la más alegre es la familia Cuadrilát. Son figuritas de cuatro alas exteriores, llamadas lados, y cuatro alas interiores, llamados ángulos.
Son una generación mayor que tú, precisó el Abis.
Dentro de ese bullicio, resaltaba una melodiosa voz que decía: Miren todas y todos, yo soy la más perfecta. Mis alas exteriores son iguales y mis alas interiores también.
Siempre serán así y por más que me estire hacia un costado o hacia el otro, mis alas seguirán siendo iguales. Tanto repetir lo perfecta que era, escuchó a sus amiguitos decir: no te ufanes muchos que terminas siendo parte de las caras de un dado.
Quedando en la historia familiar con el nombre de Cuadrado.
La vanidad no es buena consejera, dijo el Abis.
Entre tantos cuadrados, otro cuadrado especial, repetía tanto su perfección que al estirarse hacia un costado, vio que sus alas exteriores duplicaron su valor, por lo tanto cambió sus forma.
Sus alas exteriores, podrán tener diversos valores, pero siempre estarán a la misma distancia, una frente de la otra. Su preocupación creció, al verificar que sus alas interiores seguían teniendo la misma medida y como se llamaban ángulos rectos, le llamaron rectángulo.
Santi, el niño viajero, al escuchar esta narración, aplaudía y aplaudía, y de vez en cuando levantaba las manos en señal de felicidad.
La que sería parte de la cara del dado y un rectángulo se fueron a pasear. De pronto escucharon una hermosa melodía y apostaron a quién baila mejor. El baile, festivo y exigente, colorido y acogedor permitía a las danzantes asumir diversas formas, piruetas, posiciones y estiramientos.
Tanto fue el entusiasmo que danzando al filo de la terraza originó en ambas un estiramiento feliz y fatal a la vez.
El cuadrado se dio cuenta que un par de sus alas exteriores, podrían ser iguales y no estar a la misma distancia; como también que un par de sus alas interiores podrían ser iguales y no rectas como fueron al inicio del baile.
Y tanto fue el baile, que le pusieron un nombre cercano a la rumba.
Quedando en la historia familiar con el nombre de Rombo.
Tanto fue el entusiasmo del rectángulo por el baile que al darse un estiramiento originó en un par de sus alas exteriores una inclinación más que las otras dos. Inclinación lenta y muy pesada. Acercándose más, vio que sus alas exteriores seguían estando a la misma distancia entre ellas, no les había pasado nada, seguían siendo paralelas, pero manifestó su asombro al sentir su aumento de peso y ver cambiadas las medidas de sus alas interiores, siendo por pares, del mismo valor.
Quedó en la historia familiar con el nombre de Paralelogramo.
El baile continuaba. La melodía celestial abrazaba. Celestial no por lo que se imagina, sino por lo celeste de la terraza al escucharse un ¡plop! trágico y acogedor, acogedor y trágico. Sucedió que un rectángulo se cayó. Fue una caída elegante y divertida, pues un par de alas exteriores habían quedado a la misma distancia entre ellas, seguían siendo paralelas, pero una se había estirado más que la otra dando la sensación que por traviesa, había sido aplastada por algo muy pesado y rudo.
Quedó en la historia familiar con el nombre de Trapecio.
Como la fiesta y el baile contiúan, habrá más estiramientos. No nos sorprenda que haya más deformaciones en varios de ellos, originando en el bullicio de los Cuadrilát algunos problemoides al surgir luego, los famosos romboides y trapezoides.
Esta familia espectacular tiene un integrante sobrenatural, tanto le da al baile con estiramientos e inclinaciones, inclinaciones y estiramientos que sigue moviéndose sin tener un nombre real. Algunos dicen que se parece al signo «mayor que».
Pasarán más días, más bailes y piruetas, seguirá siendo sobrenatural, pero sin nombre real.
Quedarán estos nombres propios en la historia de la familia CUADRILÁT. Pero sorprendidos de la figurita de infinitas alas exteriores que se hace llamar con dos nombres: Circunferencia para el universo y Círculo para el paraíso. Dijo, finalmente Abis.
Santi ya jugaba con estas formas, con estas figuritas, pues siempre estaba tras una pelota y radiante de alegría aplaudía y aplaudía, a veces levantando las manos en señal de triunfo y felicidad.
Recuerda, sin estas figuritas amables y divertidas no podríamos entender lo que vemos o construimos, construimos o vemos a nuestro alrededor, por más esfuerzo que hagan en unirse las demás. Se hacen llamar polígonos y serán nuestros amiguitos por siempre.
La próxima visita que haremos al paraíso de las figuras, será para seguir conociendo las formas e historias de las figuritas de cinco o más alas exteriores, de cinco o más alas interiores.
Sííííí. esperaré feliz, remarcó el gran Santi, el niño viajero.

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