¡Ay, Señor de los Milagros,Señor de Pachacamilla!Un repicar de campanasinunda el cielo de Lima. Hay un pregón de palomasy dulces santarrositas.Un arpegio coro de ángelesescúchase
Autor: Antenor Samaniego
—¡Jesús, qué ruido en los aireshacen las lindas campanas! —¡Qué bullangueras que soncuando platican y parlan! La Catedral primeritocomenzó con la algazara.En dulces cascadas de
20. Aré, segué, refocilé labriegasque, recordando, sufro y me entristezco.Tanto las degusté que hoy apetezcoel furioso ritual de sus entregas… Olían a boñigas y borregas,a
19. Al que esta vida me la dio prestada¿qué le devolveré?, ¿Será esta cestade flores rojas de pecado o estapasión voraz, pasión desenfrenada? Al que
17. Dios no me hizo perfecto. Es por ello que aspiroser azul mariposa siendo un negro vampiro…Renazco diariamente, noche tras noche expiro:Quiero de oscura piedra
16. Una rosa, al sol abierta,es la plegaria que elevala tierra a quien la creó. Una rosa….en ella, trémulo,vese el rocío del albalúcida sangre de
12. Recuerdo: vastos campos de alfalfarescon florescencias áureas y otras lilas;en medio sosegadas y tranquilas,las vacas de mis viejos hontanares. Los guindos, los alisos, los
9. Del enigma que envuelve las cosas, quiero hablar.Estoy en permanente transmutación y acecho.Lanzo mi cuerpo en tierra y, descubierto el pecho,oigo latir el mundo
1.Es el ocho de octubre.Agonías de luz van hendiendo las sombras.Se inaugura el designio de la muerte y se siembranpanoramas de niebla.Es como si la
Editorial Imprenta del Colegio Militar Leoncio Prado, Edición 1956, Lima –Perú. Págs. 28. R.T. Extenso poema dedicado al Almirante Miguel Grau. Consta de 25 estrofas.