4.

Yo no vestí al desnudo,
ni al sediento di de beber
y vivo entre manjares;
me siento todo un príncipe;
me siento rey
en mi mundo azul
y mis cantares.

En mis adustas puertas
choca el viento y en él oigo
lamentos y pesares;
escucho el maldecir
y juramentos
que llegan de los sucios
hontanares.

Y sordo soy.
Prefiero amar mis rosas,
mis pérfidas esclavas
y mis huertos llenos de miel
e ídolos de diosas.

¡Atrás la soledad!
¡Y la tristeza!
¡Atrás el llanto!
¡Atrás, atrás los muertos¡

¡La vida es la Alegría!
¡Es la Belleza!

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