Sí, Fray Luis de León. A Salamanca,
fui para oír tu cítara divina:
ver tu vivencia Astral que aún ilumina
tu banca de madera, tosca banca…

En el vergel, la vega y la barranca
del Tormes te he buscado, en la neblina
fugaz, en la errabunda golondrina
y en la del campo azucenilla blanca.

Charlando de cristiana teología,
pensé que dentro el claustro te hallaría,
severo el ceño, grave la mirada.

Y estabas transmigrándote en el viento,
el mismo que valióte de instrumento
para que hubieras versos de la nada.

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