XIV
Adentro …Pudo ser la ciudadela
más bella del amor, ser el castillo
celeste como el corazón anhela,
de porcelana y mármol y ladrillo.
¡No pudo ser jamás!…El tiempo vuela.
Dolor golpea duro y con martillo.
Toda ilusión frustrada se congela.
Cristalizar ensueños no es sencillo.
Y adentro…sólo escombros, sólo piedras,
volcados tronos bajo oscuras yedras
roídos por el óxido y amonio.
Y una mujer llorando: la tristeza.
Batalla religiosa que no cesa
entre el divino arcángel y el demonio.