XXXII

Un rayo azul la alumbra y la colora.
Es flor dulcísima, sutil criatura,
ave de la región astral. La aurora
la pone blanca más que nieve pura.

La transparencia en ella se elabora.
Concita al sacrilegio y la aventura.
Diosa parece siendo reina mora
y me hace arder en llamas de locura.

La quiere desceñir mi pensamiento
de su velo ritual, y desfallezco
y me disuelve en átomos el viento.

En balde doyle vida y sangre ardiente.
En balde me le riendo y me le ofrezco.
¡Ay rosa de mujer adolescente!

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