El libro es el camino
de la sabiduría.
Por él los siglos viven
toda una eternidad.

Del alma en las tinieblas
el libro es una lámpara.
Sus alas nos transportan
del mundo al más allá.

Es él el alimento
que nutre nuestro espíritu.
Por él se crece tanto
hasta llegar a Dios.

Si es verso, dulcifica
pesares y amargura.
Si es prosa, nos inunda
de luz el corazón.

El libro es un tesoro
de joyas relumbrantes.
De todos los manjares,
es el mejor manjar.

Es un divino enjambre
de lúcidas palabras.
Sólo procura el bien.
Jamás procura el mal.

El libro nos levanta
hacia las grandes cimas.
Por él no existen ciegos;
pues, radia como el sol.

El mundo en él palpita
en símbolos e imágenes.
Quien lo posee tiene
las cosas a sus pies.

Invita a las más caras
proezas y aventuras.
Nos lleva a sus misterios
temblando de ansiedad.

Por él nos adentramos
en las pasadas épocas
u hablamos con los muertos
como hombres de verdad.

Si Dios hizo la vida,
el Hombre creó el Libro;
y ambos nos proporcionan
la sustancia vital.

Ten a mano un libro;
tendrás con él placer.
Arma, herramienta o lumbre,
radiante es como el sol.

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