Categoría: Obras

IX VEOTE y sé que el día te desposa,oh, noche, ya de amor desfallecida,¿qué luz la de tu soledad de rosaes la que a dulce

I ASI, sobre la tierra enrojecida,de rosas guarnecido en el estío,así, de orugas dulces, y aun con vidaebrio del vino de este reino mío… IFRESCO

III SOBRE la mar una azul corolaálzase su cabeza; embebecidasueña o está muriendo y está solaa niebla semejante o luz caída. Envuélvela la música en

IV AHORA sí la lloro y me estremezcode haberla ya perdido. Siderariofulgor que no es; dolor que te padezcode padecerte muero solitario. Vierto en la

V ¿EN qué cristal ahora se deshacesu tangible lucencia? ¿qué astro apurasu inacabable aroma, su dulzuraque entre nereidas o silenos yace? ¿Acaso es la negruzca

IV CUENTAN que tiene en la sangrebrasas de verdes estrellas;se alimenta de palomas,escarabajos y almejas;da de beber a los vientosrojos aromas de hoguera;en el mar,

V MENUDOS son de esta niñalos pies, menudos, joyelesque el aura besa entre cánticos;desde ellos divinamenteálzase esbeltas columnasde nácar resplandeciente… Decid, zagales, ¿qué ritmo,qué fuego

X SOBRE una rosa celestereposa el alma del niño. Ahora es la mariposacon alas de humo y de vino. Su aroma, aroma de sueñomás que

XIII DORADA hendija en la noche,adentro pasa el cortejo:ángeles, níveos caballoshacia el país del misterio. Música de oro soltadacomo un enjambre en el viento:laúdes, flautas

I ALLI surte su luz acuosa y bañade un resplandor magnético el ambiente;mora dichosa allí la diosa extrañaentre paloma y ángel y serpiente. I ERES