III

SOBRE la mar una azul corola
álzase su cabeza; embebecida
sueña o está muriendo y está sola
a niebla semejante o luz caída.

Envuélvela la música en su ola
de orugas consteladas; poseída
es de algún dios o un ángel; no está sola
ahora que la noche está lúcida.

Para ella ser, ¿qué nardo dio su nieve?
¿qué vino su dulzor?, ¿qué hermoso fruto
su turgencia en su seno que se mueve?

Con latido de mármol impoluto
a un tiempo es llama, niebla o brisa leve
para el dulce soneto que ejecuto…

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