Ingresa al campo clandestinamentecomo un alud. Declárase enemigotanto del maizal cuanto del trigociñéndolos cual hatos de serpientes. Expande entre los surcos su domino-dúctil vertebración de
Categoría: Obras
Al socavar la reja del labriegola preñez de la gleba promisoria,saltan –color de malva, rosa y fuego-las ocas como esmaltes de euforia. Es una joyería
Yergue su cuerpo voluptuosamente.Se adhiere contra el árbol con recatoy entre los dos se entabla un pugilatode garfios, de zarcillos, de serpientes. Al fin se
Astado hijo de Marte. Relucientemármol nigérrimo en el ruedo mismo.Pétreo dragón que vomitó el abismo,Fuego que se hizo diablo de repente. Cuando irrumpen las armas
Asnillo de plateado lomo blando,largas orejas: alas de cabeza,ojos enormes: gemas de turquesa,en tímida actitud de estar soñando. Te desterraron, no se sabe cuándo,del Paraíso,
Mágico mundo el tuyo, Borkas. De tus pinceles,alucinadamente, surgen coloracionesde amarillos intensos y ardientes bermellonesigual que una explosión de rosas y claveles. ¿Qué mundo misterioso
Es Víctor Humareda,pintor, que entre nosotros se deslizacomo un duende. Su rostro –arcilla o greda-tiene palor de cepia y de ceniza.Rebrillan sus pupilasde niño…¡Qué dolor
Fuiste en la Edad Antigua, sin duda, tú, Juan Ríos,junto al Olimpo, al lado de Esquilo o de Platón,entre los frescos mirtos de Paros y