24.
Besar,
fundir dos seres
en un mismo contacto
hasta rendirse sobre el lecho,
es como caer
al fondo de un abismo…
o una herida dulcísima
en el pecho.
Besar.
¡Oh, dios – instinto!
¡Arma terrible!
Jamás quien se resista.
Es un veneno mortífero…
La más apetecible
flor de la gloria
floreciendo en cieno.
Yo soy el que le busca,
impenitente.
Sé que es un áspid,
pero yo le adoro.
Si es diablo, él es mi dios.
Yo se lo juro.
El beso es fuego santo,
fuego puro.
Guardadme un beso y… nada más;
no el oro,
no el oro ni el laurel.
Y suficiente.