33.

Dueños serán
de cielo, tierra y mar;
mas no del hombre;
herido, amordazado,
siempre es el hombre;
aún pongan en su altar
como ídolo el terror,
siempre es el hombre.

Es amo de sí mismo,
es dios en sí.
Le pusieron cadenas,
las rompió.
¿Querer vestirlo luego de uniforme?
¿Querer que sólo piense un pensamiento?

No quiere el hombre asemejarse
a otro hombre.
Le aterroriza la igualdad
y corre.
Está en la multitud
y es solitario.,

¿Y que el redil le sea su morada?
El hombre tiene múltiples caminos.
La libertad jamás tuvo murallas.

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