12.

Cerros de añil.
Crespúsculo de grana.
Negro verdor arbóreo.
Gasa leve, como de ensueño,
al fondo.
La lejana comarca de sillar,
como la nieve.

El golpe de azafrán
de una campana
quiebra la paz en flor.
Nada se mueve.
Una tristeza mística
dinama de todo.
El alma, adentro,
se conmueve.

Tardías aves
tornan silenciosas.
Unge el sendero
el penetrante aroma
de malvas
de retamas
y de rosas.

Mi sed de poesía
se levanta.
Mi corazón
se siente una paloma
y canta adentro,
suavemente canta.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta