Despaciosamente va Jesús delante.

Es azul el cielo y el paisaje es claro.

Rostro hermoso y dulce. Túnica flameante,

un profeta, un príncipe, un varón preclaro.

Detrás los discípulos de barba flotante.

largo el panorama y el ambiente raro.

Detrás el gentío hierve delirante:

el rey, el esclavo, el sabio, el ignaro…

Van por un camino de violentos guijos,

de agresivas zarzas y serpientes, pero

no padecen daño por aquel sendero.

En el pecho llevan breves crucifijos.

Almas santas pasan como nubes puras.

Cantando se pierden allá en las alturas.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta