XVII

Nací para cantar y estoy cantando.
Cantando estoy, porque cantando vivo.
Si dejo de cantar, no estoy cantando.
Cuando no estoy cantando, no estoy vivo.

Soy picaflor o abeja que, libando
el almíbar de las flores, vive; vivo
como la brisa siempre suspirando.
De amor lo he sido y lo seré el cautivo.

Tengo en el corazón una espinita
de luz que me ilumina cuando canto.
Cuando no canto, sufro el desencanto.

¿Qué voz será? ¿Cristal o campanita
la que me suena adentro, en el oído?
Sólo es mi corazón …Es mi latido.

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