Sencilla la palabra, el verso breve,
redonda la expresión, el pensamiento
con alas – como pájaro en el viento-
que a cielos elevados me conlleve.
Tersa la tesitura –rosa o nieve-
carne tal vez de nácar, ni opulento
ni pobre, pero a flor del sentimiento,
aquél que a duro pedernal conmueve,
Con claridad, translúcido diamante,
lágrima o sangre, pero palpitante,
sin avaricia de calor humano.
Pequeño, pero al fin tesoro oculto,
al que mi corazón le rinda culto
en la región más honda del arcano.