Una flauta: es el cuclillo. El paisaje se reviste de violeta y amarillo. La tarde se pone triste.
Categoría: Poesía
Antaño creía valer como Creso, que en mi alma cabían las cosas sin fin.
Jamás yo permití me aprisionara el yugo
¡Qué cosas por decir! Pero esas cosas rechazan el sonido y el color.
Se llamaba Rebeca y era hermosa.
No hay símbolo que permanezca intacto, irreductible;
Guardo, dentro de mí, recuerdos como miríficos oasis;
A nadie herí, pero en el fondo siento como si hubiese herido por millares;
Parezco malo. Tengo adusto el ceño.
Amad al justo que recibe el beso del traidor,