XXII Mi soledad no existe. En mi concienciase mueve, atento, vigilante, un ser,un ser profundo –activa luz, esencia –en quien yo creo aunque no quiero
Categoría: Poemas de Otoño
XXIII Oh, soledad, si al menos me dieses a gustarla profunda dulzura de tu reino dormido…si al menos me llevases al campo, al olivar,y a
X Si fuese piedra yo, sólo querríaser, no de Fidias ni Rodín el bloquede mármol, ni la rica pedreríaque a Piscis tiente y a Afrodita
XXI ¿Por qué en la edad mayor de esta mi vida-vale decir crepuscular- me llegala gana de pintar –gana que friega-si nadie me lo ordene
XXIV Horror ver cómo crece desde adentro el vacío,ver o sentir la noche borrándote el sendero,sin fuego ya la sangre bajo la hoz del frío,sin
XV Bronceada por el sol tu piel canela,tu piel canela por el sol bronceada,formas ligeras de gentil gaceladel valle afrodisial enamorada… En tu sangre un
XVI Por cortar una rosa, oír el viento,mirar la luna, ver la lejanía,conjetura que el desquiciamientoen loquillo de atar me tornaría. Se me privó el
XVII Nací para cantar y estoy cantando.Cantando estoy, porque cantando vivo.Si dejo de cantar, no estoy cantando.Cuando no estoy cantando, no estoy vivo. Soy picaflor
XVIII Cantando en el camino de la vida,mi corazón volcó tan sólo flores.Soy uno de esos viejos trovadores:para alegrar, callé mi propia herida. Por diosa
XI Dame a cantar nomás. Que me liberesde la urbe bulliciosa y me trasladesfuera del templo de los mercaderesal reino de las vastas soledades. Allí