Sin duda tengo el alma de anticuario. Me gusta estar rodeado de vejeces.
Categoría: Poesía
SANTIDAD Y DIABLURA (XI) Eje carnado en hemiciclos de oro. Contienda de herejías y de ruegos. Lujuria alucinante, meteoro
Más cerca de mi gusto están las telas de Pissarro y Van Gogh, no de Chirico.
No de Vallejo el padecer terrible, ni de Hugo el grande, el ritmo soberano, ni de Darío el cántico profano,
Es para mí el soneto un bien supremo, un cáliz sideral, un arpa de oro, el éxtasis de miel que da en lo extremo,
Sencilla la palabra, el verso breve, redonda la expresión, el pensamiento con alas – como pájaro en el viento-
Ministro de arte poética sería si Amor fuera mi rey, y el reino fuera no el blanco Invierno, sino Primavera
¿Decís la escuela nueva? Prosa pedestre, prosa donde la ineptitud esconde su orfandad, meretriz desgreñada, Mesalina rabiosa
¿Cómo no pude persuadirme enantes de tanto resplandor frente a mi mano, tantos rubíes juntos y diamantes en este cobre: corazón cristiano?
Yo quiero someter al mal, dios rojo que me insinúa manzanares de oro. Me bastan las legumbres que recojo